Ejemplos de condicionamiento en las aulas

Condicionamiento clásico y operante.
El conductismo es una importante corriente de la perspectiva del aprendizaje el cual se centra en comportamientos observables y medibles y que por consiguiente, puedan registrarse. Se puede clasificar en condicionamiento clásico y operante.
El condicionamiento clásico defiende que un animal o una persona aprende a responder a un estímulo que en principio no conocía; después éste se asocia, de modo repetido, con un estímulo que origina la respuesta.
En el aula, un ejemplo de este tipo de condicionamiento podría ser la alteración de los alumnos al llegar la hora de Educación Física. Con el paso del tiempo, los niños han asociado la asignatura con el bajar al patio y hacer ejercicio. Por ello, si un profesor intenta dar una clase teórica de Educación Física le será más difícil captar la atención de los alumnos que en el resto de las asignaturas ya que éstos se encuentran más inquietos. También puede ser considerado condicionamiento clásico cuando a un niño le empiezan a sudar las manos antes de un examen. En cada caso, el estímulo está asociado con otro estímulo que normalmente producía una respuesta fisiológica en el pasado.
Por su parte, el condicionamiento operante defiende que un organismo tiende a repetir una respuesta que ha sido reforzada y a eliminar una que ha sido castigada.
En el ámbito escolar un claro ejemplo puede ser la compensación por el buen comportamiento mediante la colocación de una carita feliz en una cartulina que esté expuesta en la pared del aula. Al cabo de un mes, se hace un recuento y el que más caritas tenga, será recompensado mediante premios como ser el delegado de clase el mes siguiente, elegir sitio en clase…
Numerosos estudios han confirmado que es mucho más efectivo el aprendizaje alcanzado mediante refuerzos que el conseguido mediante castigos. Vienen a confirmar la importancia que tiene la motivación en los procesos de aprendizaje.